Una primera valoración de los paros del 14 de febrero es que, aun sabiendo de antemano que la participación no iba a ser suficiente al ser sólo la CGT quien convocaba movilizaciones, no debemos quedarnos en cifras y porcentajes de seguimiento. El objetivo de luchar por un convenio justo sigue presente y todavía podemos conseguir más apoyos en el tiempo que nos pueda quedar de "negociación". Animamos a los compañeros que secundaron nuestra convocatoria para que continúen apoyando las movilizaciones que se produzcan de ahora en adelante. Pero sobre todo animamos también a los que decidieron no parar para que se sumen a la próxima.
Tenemos claro que para alcanzar nuestro fin –que es el fin de todos- las movilizaciones deben continuar y debemos aprovechar cada oportunidad para reivindicar mejoras en el convenio. Si nos vence la resignación estaremos colaborando en el mantenimiento de la precariedad en el sector; si no hay reacción, se van a acrecentar aún más las miserias a las que ya en general nos condenan las sucesivas reformas laborales, en especial la salvaje y sangrante del pasado 12 de febrero.
La próxima reunión de “negociación” de convenio será el 1 de marzo. Será la primera tras la reforma laboral que tanto anhelaba la patronal así que, en este sentido, es posible que nos encontremos con unos empresarios crecidos que acudan con una postura aún más lesiva en cuanto a recortes y pérdida de derechos de los trabajadores. A todos nos corresponde hacerles frente, defender lo conseguido y reivindicar nuestra porción del pastel.
Veremos cómo responden CC.OO.-UGT después de renunciar a movilizarse con la disculpa de necesitar tiempo para analizar el texto de su vergonzoso y reciente II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva 2012, 2013 y 2014. Este acuerdo que nos traiciona y nos condena a salarios más bajos y facilita a las empresas modificar las condiciones de trabajo, turnos y sistemas retributivos; que permite la flexibilidad en materia salarial vinculando salarios a productividad y beneficios de la empresa, sistemas de promoción, movilidades funcionales y geográficas, reconocimiento del teletrabajo, descolgarse de las condiciones colectivas del convenio, modificarlas y, en definitiva, aceptar trabajar en condiciones de esclavitud.
Por nuestra parte, en la CGT no vamos a ceder terreno ni vamos a renunciar a nuestras justas reivindicaciones, valiéndonos de nuestras armas: la acción directa y la movilización.
Salud y ni un paso atrás.
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